Experimento: combate el virus con jabón!

El jabón literalmente rompe la grasa

Todos los virus que nos atacan tienen un punto débil: su coraza es de grasa !! Y el jabón rompe la grasa!

Todos los virus que nos atacan tienen un punto débil: su coraza es de grasa!!

Cuando tocamos un objeto contaminado, el virus pasa a nuestras manos y nos podemos contagiar o podemos transmitir el virus a otras personas. Por ello es fundamental lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón.

Si atacamos al virus antes de que entre en nuestro cuerpo, no tiene absolutamente nada que hacer: el jabón literalmente rompe la pared del virus y será totalmente inofensivo.

Lo probamos?

Este experimento lo hacen Laureano Jiménez (doctor en ingeniería química) y su sobrino David (1º de primaria).

¿Qué necesitamos?

Pimienta en polvo.
Plato (o bandeja) con agua.
Hierbas aromáticas (orégano, romero, perejil, tomillo …).
Jabón líquido (de las manos, de lavavajillas …)

¿Cómo lo hacemos?

Usamos un plato con agua donde hay hierbas aromáticas y pimienta en polvo que simulan la suciedad y los virus:

  • Tocamos con un dedo y vemos que cuando lo sacamos está todo lleno de virus que se quedan pegados los dedos.
  • Limpiamos el dedo con papel.
  • Mojamos la punta del dedo con un poco de jabón
  • Basta tocar ligeramente el agua con el dedo que tiene jabón y todos los virus huyen despavoridos!

Victoria! Hemos ganado! Todos los virus tienen miedo del jabón!

¿Qué pasa?

La pared del virus está formada por grasa. El jabón contiene tensioactivos, unos componentes que por un lado sienten «atracción» por la grasa y por el otro sienten afinidad por el agua. De esta forma «secuestran» la grasa presente, eliminando la pared del virus y destruyéndolo.

El jabón es mucho más efectivo a la hora de eliminar virus de cualquier superficie. Es más eficaz que geles con base de alcohol, que no disuelven tan bien, ni tan rápidamente la membrana lipídica (grasas) de los virus.

Sabías que …? El jabón se ha fabricado artesanalmente desde hace milenios con grasa (como el aceite) y una base muy fuerte (como el hidróxido sódico), generando un material sólido: el jabón.

Leave a comment

Your email address will not be published.


*